violencia intrafamiliar
Violencia intrafamiliar: condenados llegan a 28 mil en seis años

Las estadísticas aportadas por el Registro Civil e Identificación revelaron que desde 2005 se han dictado más de 28 mil condenas por el delito de violencia intrafamiliar en todo el país. Y los dictámenes, que en su primer año de vigencia llegaron a 2.033, se triplicaron el año pasado, con más de 6.500 sentencias emitidas.
"Cada vez aumentan más las causas en materia penal y se mantienen o disminuyen las causas en tribunales de familia, donde era sólo una falta. Esto es bueno, porque significa que la sociedad chilena percibe la violencia intrafamiliar como un delito", dice Bernardita Prado, jefa de la unidad de VIF del Sernam.
En cuanto a las formas de agresión, la violencia física lidera las condenas en los últimos seis años. En 2005 fueron 65 personas las procesadas por este tipo de ataque, mientras que el año pasado más de 4.000 hombres y mujeres recibieron una penalización por el delito. En total, desde la entrada en vigencia de la ley se han emitido más de 14 mil sentencias por violencia física.
Secundan la estadística las agresiones sicológicas, que pasaron de 280 en 2005 a más de 1.400 el año pasado, bordeando, en total, casi siete mil dictámenes. En tanto, las sentencias emitidas por ambos ataques a una misma víctima superan los 2.300 casos.
Hombres agresores
En cuando a los atacantes, el año pasado más de 6.300 hombres obtuvieron una sentencia por ejercer violencia en su familia, en casi cuatro mil casos de manera física, y en otros 1.300, sicológica. Las mujeres penalizadas fueron sólo 207, con 153 ataques físicos y 31 sicológicos. "Un tercio de las causas terminan en suspensión condicional del procedimiento, porque las víctimas no prosperan o se arrepienten", dice Prado.
Las condenas de VIF incluyen la aplicación de multas y penas accesorias para proteger la integridad del denunciante y su núcleo familiar. La medida más frecuente es la prohibición de acercarse a la víctima o al domicilio, seguida por la obligación de abandonar el hogar, en caso que el atacante resida con la victima.

Las estadísticas aportadas por el Registro Civil e Identificación revelaron que desde 2005 se han dictado más de 28 mil condenas por el delito de violencia intrafamiliar en todo el país. Y los dictámenes, que en su primer año de vigencia llegaron a 2.033, se triplicaron el año pasado, con más de 6.500 sentencias emitidas.
"Cada vez aumentan más las causas en materia penal y se mantienen o disminuyen las causas en tribunales de familia, donde era sólo una falta. Esto es bueno, porque significa que la sociedad chilena percibe la violencia intrafamiliar como un delito", dice Bernardita Prado, jefa de la unidad de VIF del Sernam.
En cuanto a las formas de agresión, la violencia física lidera las condenas en los últimos seis años. En 2005 fueron 65 personas las procesadas por este tipo de ataque, mientras que el año pasado más de 4.000 hombres y mujeres recibieron una penalización por el delito. En total, desde la entrada en vigencia de la ley se han emitido más de 14 mil sentencias por violencia física.
Secundan la estadística las agresiones sicológicas, que pasaron de 280 en 2005 a más de 1.400 el año pasado, bordeando, en total, casi siete mil dictámenes. En tanto, las sentencias emitidas por ambos ataques a una misma víctima superan los 2.300 casos.
Hombres agresores
En cuando a los atacantes, el año pasado más de 6.300 hombres obtuvieron una sentencia por ejercer violencia en su familia, en casi cuatro mil casos de manera física, y en otros 1.300, sicológica. Las mujeres penalizadas fueron sólo 207, con 153 ataques físicos y 31 sicológicos. "Un tercio de las causas terminan en suspensión condicional del procedimiento, porque las víctimas no prosperan o se arrepienten", dice Prado.
Las condenas de VIF incluyen la aplicación de multas y penas accesorias para proteger la integridad del denunciante y su núcleo familiar. La medida más frecuente es la prohibición de acercarse a la víctima o al domicilio, seguida por la obligación de abandonar el hogar, en caso que el atacante resida con la victima.